Moviment corporal, emoció i aprenentatge

 

El movimiento permite eliminar las tensiones corporales y produce la liberación de hormonas cerebrales de placer; imprescindibles para el desarrollo y el aprendizaje.*

 

¿Qué hay detrás de esta frase? ¿Cuál es la conexión entre movimiento y desarrollo? y ¿entre movimiento y aprendizaje?

Lo primero que debemos saber es que el tono muscular (la fuerza que un músculo realiza) está vinculado a las emociones y a la inversa. Por eso, cuando estamos estresados o demasiado preocupados surgen contracturas musculares y, al contrario, cuando nos dan un masaje relajante nos sentimos más tranquilos y serenos.

Cuando un niño juega a través de su cuerpo, está realizando múltiples variaciones en la tensión muscular de su cuerpo. Ahora tensa una determinada musculatura de las piernas para correr, ahora la destensa y activa la que le permite saltar, girar sobre sí mismo,  etc. Y, cada cambio de la tensión muscular le está proporcionando determinadas sensaciones corporales ligada a las emociones. Emociones que están ligadas a su historia personal y relacional.

Hace ya tiempo que los B. Aucouturier defiende que todas las sensaciones corporales que hemos ido viviendo ya des del vientre materno, quedan registradas en una memoria inconsciente, muy primaria, y que es la base de nuestra manera de ser y sentir. Aucouturier dice que quedan registradas en nuestro cuerpo, en nuestra musculatura profunda, en nuestro tono muscular de base. Este hecho provoca que cada uno de nosotros tengamos una manera distinta de movernos, de tocar,… ¿Os habéis fijado como cuando saludas a las personas dándole la mano, cada saludo es distinto? Y, ¿os habéis fijado como a través de este apretón de manos, sabes si esta persona que acabas de conocer es una persona insegura, ansiosa, prepotente,…?

Ahora, con las nuevas técnicas de la neurociencia se ha demostrado que Aucouturier está en lo cierto. Existe una memoria implícita que se inicia mucho antes de que seamos conscientes de nuestra propia existencia que almacena nuestras vivencias corporales y que éstas están ligadas a las emociones.

 

Si lo miramos al revés, si ahora ponemos el punto de vista en las emociones nos daremos cuenta que provocan cambios en la tensión muscular. Por ejemplo, todos hemos podido observar como los bebés cuando tienen hambre (sensación corporal desagradable) tensan completamente su cuerpo y producen un llanto que hace que el adulto que lo está cuidando intente averiguar qué le pasa.

Cuando el adulto se da cuenta que lo que produce ese llamada a través del llanto es el hambre, alimenta al bebé. Y seguro que todos habéis podido observar como, a medida que el bebé sacia su hambre, su cuerpo de relaja completamente y sus puños que estaban completamente cerrado y apretados, se abren y sus brazos caen por la fuerza de la gravedad.

Este proceso de tensión corporal y distensión corporal va acompañado de sus respectivas descargas hormonales (endorfinas): serotonina y dopamina en el caso de la distensión (se le conoce como hormonas del placer) y, adrenalina y cortisol en el caso de la tensión (hormonas asociadas con el displacer).

 

¿Y cómo todo este proceso ayuda en el desarrollo y en el aprendizaje?

Mirad, cuando los niños son pequeños sus estructuras cerebrales son inmaduras y los niños y las niñas no pueden controlar sus emociones. Se “desbordan” emocionalmente y el cerebro límbico (parte subcortical del cerebro y que regula las emociones) domina otras capacidades mentales del niño (la razón, la atención, la capacidad de poder para el cuerpo, etc. )

Para poder regular las emociones es necesario que acceda a lo que se conoce como la capacidad de descentración. Esta capacidad viene dada por la maduración del cerebro orbito-frontal. Esta región del cerebro suele madurar hacia los 5-6 años (aunque actualmente se está evidenciando un retraso bastante generalizado de 2 años).

Los dos factores responsables de la maduración cerebral son: la genética y el entorno afectivo de calidad.

Los niños viven emociones sin filtro, viven miedos, rabias, tristezas, preocupaciones y no pueden llegar a calmar estas emociones por sí solos. Necesitan que su entorno (no sólo los padres, también los educadores que se encargan de ellos) puedan consolarlos y segurizarlos. De otra manera, el estrés invade a los niños y se libera cortiosol y adrenalida que son muy tóxicas para el desarrollo cerebral.

En cambio, los contactos respetuosos liberan hormonas de placer que favorecen el desarrollo cerebral global y, también la maduración de esta parte del cerebro tan importante para el aprendizaje y la regulación de la conducta social.

 

 * Este escrito está realizado a través de las notas tomadas en la conferencia que Bernard Aucouturier impartió en Bassano del Grappa en febrero del 2020 bajo el nombre “Pulsione, azione, emoczione e gioco espontaneo”.

 

 

 

 

 

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